Tengo una cocina vestida de azul,
no es una cocina de diseño ni con mucho glamour,
pero como la nombro en España y en Tombuctú
parece que sea la cocina del rajá de Cancún (vale que no hay rajá en México pero es lo que rima).
Y aunque hace algún tiempo, puse unas fotos de ella,
de nuestra cocina, ahora os pongo otras más anodinas.
(Porque mi cámara no da para mas, pero desde aquí comento, que aceptaría gustosa, un patrocinio de Nikon, Minolta o Reflex por poner tres ejemplos que se me vienen )
Y además del salón y del cabecero, para más cotilleo.
Espero que os guste nuestra sencilla casa de los fines de semana,
vacaciones de verano y semana santa (y ya termino la rima que da un poco de grima)
Vista desde la ventana
Cambiamos los azulejos, pusimos estos rústicos que nos gustan más, la ¿carpintería? no pudo ser pero algún día la sustituiremos, las encimeras de silestone ya están. Le dimos una habitación pequeña que no nos servía para nada y la pintamos de azul. No hemos comprado nada nuevo salvo el especiero y las tablas de Ikea, a la mesa le falta el sobre de mármol blanco que le va a las patas antiguas de bar por eso tenemos el mantel encima.
La vista por el otro lado, el salón.
También con cosas viejas, como mi sofá favorito de Maisson Decor, el que me compré cuando me independicé. También antiguas, como el baúl, el mueble bar, en realidad mueble de oficina… la tele.
La fotografía del monasterio de piedra de los años 50.
Subimos… mis sombreros.
Y el cabecero que diseñé para salvar el tiro de la chimenea. Seguimos con cosas viejas, los apliques de la luz del año de maricastaña, el descalzador rústico y la lámina del Museo Thyssen con un marco del siglo pasado.
Hablando de cosas viejas, ahí están mis viejas Converse rosa. Podéis comentar, pero sed benévolas ;)